En la sede de la Academia Argentina de Letras, su presidente, Pedro Luis Barcia, presentó el "Diccionario argentino de dudas idiomáticas", con el objetivo de adaptar ese instrumento a la flexibilidad propia del uso que se hace de la lengua.
El volumen, coeditado con la casa Santillana, contó con dos locuciones previas; de la gerenta editorial de ese sello, Graciela Pérez de Lois, y del escritor, historiador y periodista Daniel Balmaceda.
En conversación con Télam, Barcia, de notable sentido del humor, aclaró que se trataba del "primer diccionario de dudas que publica una Academia de de la Lengua sobre las dudas propias de un país".
Y agregó que "hasta ahora, las 22 academias habíamos elaborado el `Diccionario panhispánico de dudas` (DPD), del 2005", que a diferencia de éste, "era un producto de todos los representantes de la hispanidad".
El especialista precisó: "En este volumen hicimos un recorte de aquellas dudas que son generales, es decir, comunes a Chile, Ecuador, México, los Estados Unidos, etcétera".
Pero en este caso "lo que hicimos fue agregar más o menos 300 dudas argentinas que recogimos a través de un consultorio telefónico y un correo electrónico manejados por investigadores. Y al producto lo sistematizamos en un banco de dudas que estudiamos una por una".
Barcia, con la autoridad que se reconoce, sostuvo que "el objetivo del diccionario es allanar y explicar tanto al hablante argentino como al escritor, profesor, comunicador, profesor, las dudas que se presentan habitualmente en el trabajo".
"¿Qué quiero decir? Si se dice presidente o presidenta; si se dice bautisterio o baptisterio, etcétera; despejar dudas, incluso morfológicas, cómo se escribe una palabra, o cómo se han adaptado muchos anglicismos", explicable.
Y sumó una ventaja: "Es un libro que se traslada fácil, no tiene 900 páginas sino 500, no es un mamotreto. Y la intencionalidad es ir actualizándolo cada tres o cuatro años para mantenerlo como un asistente, por decirlo así".
Finalmente, Barcia no dudó en asegurar que la idea-fuerza "es mejorar el nivel lingüístico de los comunicadores, de los alumnos, los profesores, porque para la Academia (argentina de Letras) la lengua es un instrumento privilegiado de conexión social, es el tejido conjuntivo de la sociedad".
Fuente: Telam