La profundización del modelo industrial

Por Exequiel Cunibertti, integrante del Grupo de Estudios de Economía Nacional y Popular (GEENaP, www.geenap.com.ar)

La actividad industrial en la Republica Argentina mantiene un ritmo de crecimiento sostenido a tasas muy altas, siendo uno de los pilares fundamentales del modelo económico actual. El crecimiento económico nacional, con el impulso de la industria, es el que provoca la prosperidad socio-económica del país. Este crecimiento proviene de una fuerte decisión del gobierno nacional: proteger la industrial, impulsar su crecimiento, incentivarla, acompañarla, subsidiarla en caso de que sea necesario, proporcionarle la mano de obra calificada a través de diversos proyectos impulsados desde la orbita nacional, como así también desde los gobiernos provinciales y municipales, son algunas de las políticas destinadas al sector manufacturero desde el 2003.

Es la industria, y siempre lo ha sido, el factor más importante del desarrollo económico y humano, dado que de la misma provienen todos los avances tecnológicos en la historia de la humanidad. También, es la industria aquella que propende a generar los puestos de trabajo necesarios para la mayor inclusión social.

Sin más, la Argentina tiene gran experiencia en estos dos puntos señalados. Desde 1976 hasta mediados del año 2003, la industria ha sido replegada, llevándola a niveles insignificantes en su histórica participación de la generación del producto bruto. Ya inmersos en la década del noventa, donde se da la fractura generalizada de la gran mayoría de los sectores manufactureros, Argentina dejó de generar innovaciones tecnológicas y comenzó a importarla de otros países, pauperizando la capacidad industrial, la formación de profesionales, incrementando fuertemente los niveles de desempleo, sub-empleo, pobreza e indigencia, quebrando de esta manera el tejido social de la Republica Argentina.

Luego de 7 años de crecimiento sostenido de la economía, podemos sacar algunas conclusiones relevantes al análisis del sector. El primer análisis que debemos realizar es comparar rubro a rubro el crecimiento económico-industrial entre 2002 y 2010. El mayor crecimiento se ha verificado en la industria automotriz con un crecimiento, relevado en base al Estimador Mensual Industrial (EMI), al 381,5 %, es decir, casi cuadruplicó los niveles de actividad que ostentaba en el año 2002. El segundo lugar lo ocupa la actividad industrial de minerales no metálicos, como el vidrio, el cemento y diversos materiales de la construcción, con un crecimiento del 153,8 % en los últimos 7 años.

En un escalón menor, la industria metalmecánica que creció a niveles de un 146,1 %. El sector textil (que durante las olas importadoras de la dictadura militar y especialmente durante el menemismo, prácticamente desapareció dejando como ejemplos históricas fabricas de la industria nacional textil, como Gattic o Bruckman en situación de vaciamiento y que provocó que sus trabajadores se vieran obligados a la recuperación de las mismas para el mantenimiento de sus puestos de trabajo) desde el 2002 ha crecido también en términos del 146,1 %. Las industrias de edición e impresión, que conglomeran la producción editorial y de imprentas, sostuvo un incremento del 110,7 %.

Luego, en menor termino pero a niveles muy importantes, las industrias del caucho y plástico, donde se encuentra por ejemplo la fabricación de neumáticos, creció al 91,5%. Las industrias químicas, que a la cabeza del crecimiento llevan a la industria agroquímica, obtuvieron un incremento del 82,7%. Por otro lado, mientras que las industrias de producción de alimentos y bebidas crecieron por encima del 53% desde 2002, la del papel y el cartón apenas por debajo del 49 %. Las industrias metálicas básicas, que reúnen la producción de acero crudo y aluminio básico entre otros, incrementaron su nivel de actividad en un 27,5 %. Por ultimo, los sectores de performance mas baja han sido las industrias tabacaleras y las industrias de refinación de petróleo con incrementos del 17,9% y 7,2%, respectivamente.

En base a los datos anteriormente mencionados podemos obtener algunas importantes conclusiones. En primer lugar la actividad industrial ha tenido un nivel de crecimiento entre 2002 y 2010 del 87,2%, es decir, que la actividad industrial casi se duplicó en estos ocho años. Por otra parte, el crecimiento industrial por rubro demuestra fehacientemente que han existido sectores con una performance muy superior al resto, lo que da la pauta de la necesidad existente en comenzar a atender a algunos otros sectores industriales para impulsar su crecimiento con los fines de aumentar la competencia intersectorial.

También, a nivel de análisis de producción de bienes podemos analizar algunos datos relevantes relacionados con el sector manufacturero. Entre el 2003 y 2009 la producción de bienes se incrementó en un 41%. El crecimiento del sector primario fue significativamente menor respecto a las actividades de mayor utilización de mano de obra. El sector agrícola-ganadero y la silvicultura crecieron en tan sólo un 1,4%, la explotación minera en 1,9%, mientras que la industria pesquera retrajo su actividad en un 2,6%. En cambio, la industria manufacturera aumentó en millones de pesos de $41.952 en 2003 a $61.503 en 2009, es decir, que el sector creció un 46,6%. El suministro de electricidad, gas y agua, incremento su participación en un 29,6%. Por último, el sector de la construcción marca un crecimiento del 101,3 %, alcanzando en 2009 $22.744 millones.

Analizando estos datos, encontramos respuestas a muchos temas que suelen mantenerse relegados para los economistas del establishment o para los gurúes de la city que repiten hasta el cansancio “Argentina tiene viento de cola”, “Argentina vive de la soja”. Si bien es de importancia el rol que desempeña el sector agropecuario, el modelo económico actual se sustenta en la industria manufacturera, en su derivación en la creación de puestos de trabajo genuino y la consecuente formación de un mercado interno fuerte a través de las políticas de Estado orientadas a devolver a la masa trabajadora los derechos que perdieron durante los 27 años de neoliberalismo aplicados en la Republica Argentina.

A partir de esto, es necesario resaltar que los sectores industriales, los trabajadores y el Estado deben ser aliados estratégicos. Deben conformar los pilares de un nuevo tejido manufacturero, donde cada uno tiene un rol preponderante en miras al sostenimiento del crecimiento económico-industrial futuro. La continuidad de la prosperidad económica para este tejido dependerá de políticas comerciales acordes a la coyuntura nacional, de practicas fiscales, de inversión para ampliar la capacidad instalada y otorgar el salto cualitativo industrial mediante la innovación productiva. En este sentido, el papel de Estado en todos sus ámbitos es trascendental a través del fomento de la actividad industrial, del mantenimiento y mejoramiento de las políticas industriales, de la realización de modificaciones importantes en los sistemas tributarios y financieros, la revisión de las promociones industriales otorgadas en décadas pasadas en base a su productividad y un profundo análisis fiscal, la de promover mayor control fiscal, mas complejo en términos de evasión, de un diseño que permita incrementar los niveles de competencia, en la búsquedas de reducir los monopolios y oligopolios existentes y ampliar el abanico de posibilidades al lugar que se merecen las pymes y minipymes que son los verdaderos generadores de la absorción de mano de obra en el país.

Como conclusión, podemos afirmar que la política productiva que implementó Néstor Kirchner han sido un primer paso muy importante para la recomposición del tejido industrial argentino. El gran crecimiento de los parque industriales da cuenta de ello: tan sólo en 7 años se crearon 200 parques. Ministerios como el de Industria y el de Ciencia y Tecnología creados en estos últimos años serán de vital importancia para el modelo económico del pais, dado que en sus carteras están las herramientas para una sofisticación de la industria nacional, y que trabajando conjuntamente con otros sectores del gobierno y la sociedad civil pueden recrear un pais mas justo y equitativo.

El desafío del tejido manufacturero para los próximos cuatro años es sin lugar a duda profundizar el proceso de sustitución de importaciones, incrementar el mercado interno por vías de la absorción del sector industrial de los trabajadores que todavía se encuentran desocupados o sub-ocupados, propender a la innovación tecnológica como eje fundamental de la rentabilidad futura y avanzar sobre la industria de mayor calificación, como la industria pesada y la fabricación de maquinarias. Pues sólo a través de esto, se podrá mejorar los estándares de competencia, incrementar los niveles de rentabilidad empresaria, la recaudación y los niveles salariales del pueblo trabajador.

Propiedades y negocios con el sello de Cavalieri

Fuente: Perfil.com

El impactante patrimonio del lider gremial

Una estancia de 5.000 hectáreas en Roque Pérez y un club de campo en Lobos valuados en casi 100 millones de pesos. Una cerealera, un tambo, garajes y empresas de repuestos automotores. Esto es parte del imperio que el sindicalista tiene a nombre de su hijo y sus socios.

Siempre se sospechó que Armando Oriente Cavalieri no sólo se dedicaba a su eterno papel de presidente del Sindicato de Empleados de Comercio. Muchas veces surgieron versiones que le atribuyeron propiedades y negocios, pero él siempre se preocupó por desmentirlas. Siempre se exhibió cerca del poder, pero al mismo tiempo siempre evitó revelar hasta dónde llegaban los beneficios de estar en esa posición.

Sin embargo, después de muchos años de conjeturas, PERFIL pudo comprobar y reconstruir el inmenso imperio que han logrado edificar durante los últimos años Cavalieri y su socio y amigo Roberto Francisco Gómez, asesor del gremio mercantil. Una estancia de 5.000 hectáreas valuada en 80 millones de pesos, un club de campo de 92 hectáreas cotizado en 19 millones de pesos, una productora cerealera, un tambo, una empresa de emprendimientos sociales y deportivos, inmobiliarias, garajes y empresas de repuestos automotor forman parte de este gigantesco conglomerado esparcido entre la Capital Federal y las localidades bonaerenses de Lobos y de Roque Pérez.

En total hay nueve firmas que son administradas desde la misma sede porteña, ubicada en la calle Francisco Beiró 4385, en donde hay varias oficinas distribuidas en dos pisos. Allí trabaja Sebastián Cavalieri, hijo menor del líder sindical, y quien figura en los papeles como el socio de los Gómez, tanto de Alicia Carbone, esposa de Roberto, como de su hijo Norberto. Todo este complejo entramado se pudo descifrar a partir de que en febrero pasado Sebastián blanqueó su participación en una de las empresas del conglomerado, Estgar SA, y registró como su domicilio legal las oficinas de Beiró.

“No voy a hablar del tema, no tengo nada que ver con lo que hace mi hijo”, se despegó con su estrategia habitual Cavalieri padre cuando PERFIL intentó consultarlo por sus negocios inmobiliarios y agropecuarios, después de una conferencia que brindó esta semana junto con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.

Imponente. “¡Ah! La estancia de Cavalieri”, dice sin sorprenderse un dirigente de la Sociedad Rural de Roque Pérez, cuando PERFIL pregunta por La Federala. Son 5 mil hectáreas con silos imponentes que se ven desde la ruta 205, un edificio de cuatro pisos con ascensores, cabina de vigilancia, casco y un chalet sólo para los que la cuidan.

En esta gigantesca estructura funcionan una acopiadora de cereales y un tambo, que en los últimos años se han transformado en una extensión de los negocios inmobiliarios de la sociedad Cavalieri-Gómez.

Según el informe de impacto ambiental presentado por La Federala, al que tuvo acceso este diario en exclusiva, allí trabajan 60 empleados, y se producen 5 mil litros de leche diarios, más de 3 mil kilos de soja, 3 mil kilos de trigo y 6 mil kilos de maíz por cosecha, por hectárea. La estancia tiene sofisticada tecnología, como los cañones auto-propulsores de riego. Este equipamiento garantiza que, aunque haya sequía, no falte agua.

Los vecinos del lugar afirman que Cavalieri va una vez por mes. “Cada vez que viene, Gómez lo lleva a hablar con los empleados”, explica a PERFIL un propietario de Roque Pérez.

Stand by. El club de campo es un proyecto que quedó a mitad de camino. Los tres chalets que tiene en su interior fueron recomprados a sus propietarios originales, que pretendían vivir en el barrio privado, y ahora sólo es ofrecido a los turistas para alquilar. El restaurante estaba concesionado hasta hace tres meses, pero ya no funciona. El salón de fiestas es casi lo único que les da más rédito. Está alquilado todo el año para eventos. En la recepción del lugar hay un plano que delata un proyecto también frustrado: un hotel spa & resort “La Federala” que todavía no fue construido. Una porción fue vendida a la comuna local, según lo confirmó a PERFIL el intendente de Lobos, Gustavo Sobrero, con el objetivo de hacer una planta de reciclado de residuos.

Serán millones. Roberto Gómez fue el año pasado a proponerles a dos martilleros de Lobos que pusieran a la venta en sus inmobiliarias los 318 lotes de su barrio privado.

Los dos martilleros fueron consultados por PERFIL. Fernando Blanco explicó a este diario que el valor de cada lote por su ubicación y por su fin comercial inmobiliario fue tasado en 63 mil pesos cada uno. “Vale muchísimo por el lugar (está frente al aeródromo y a una cancha de golf de 18 hoyos) y porque está parcelado. A nosotros nos vino a ver Gómez, el propietario, y quedamos en que los lotes saldrían unos 63 mil pesos. Luego, Gómez desistió”, detalló Blanco.

El martillero Oscar Burbridge agregó más datos: “El valor de la hectárea para siembra es de entre 19 mil y 23 mil pesos, y para cría de ganado es de entre 10 mil y 13 mil pesos. En el caso de la estancia La Federala tienen explotación mixta, con lo cual habría que entrar al lugar para hacer una tasación”, precisó.

Si se considera que cada hectárea vale unos 16 mil pesos, y que en la estancia hay 5 mil hectáreas, su valor ascendería como mínimo a 80 millones de pesos. En tanto que el precio de los 318 lotes que componen el club de campo oscila los 19 millones de pesos.

Las oficinas. En las oficinas de Beiró se administran todas las propiedades y negocios que el tándem Cavalieri-Gómez tienen en Roque Pérez y Lobos. Allí también funciona una concesionaria de autos, un amplio garaje para automóviles y una empresa de repuestos para vehículos. En la fachada hay una chapa que anuncia: “Roberto Francisco Gómez, Dr. en Ciencias Económicas”.

PERFIL llamó al único número que figura en la guía telefónica con esa dirección. “Sebastián Cavalieri no se encuentra, pero déjeme un teléfono y yo le paso el mensaje”, contestó una secretaria.

—¿Con cuál empresa de Sebastián Cavalieri estoy hablando?

—No, disculpe, yo no le puedo dar tanta información...

—¿“Tanta información”? Le estoy preguntando con qué empresa estoy hablando.

—Sí, le pido disculpas, pero tuvimos algunos problemas y yo tengo que cuidar mi trabajo.

La mujer tenía razón: la información sobre cuántas empresas funcionan ahí adentro es muchísima. Y conviene guardarla en secreto. Es que aparecen nada menos que nueve compañías en ese pequeño lugar. El caso más claro es Estancia La Federala SA, que tiene su domicilio fiscal en el primer piso del edificio. Es el mismo que declaró Sebastián Cavalieri como “domicilio especial” hace pocos meses. Fue en febrero de este año, cuando asumió como vicepresidente de Estgar SA, una sociedad de “servicios inmobiliarios” que también fijó su dirección allí.

Otro vínculo se puede encontrar en el Club de Campo La Federala, que tuvo su sede –como otras dos empresas rurales– en el piso de arriba. Y Cavalieri junior también declaró un domicilio especial en ese segundo piso. Lo hizo en el mes de marzo, cuando creó una compañía llamada Garaje Neptuno SA y la inscribió en el mismo lugar.

¿Puede ser una mera casualidad? La cadena de conexiones no se agota con la coincidencia de domicilios. Sebastián Cavalieri tiene una sociedad comercial con la esposa y el hijo de la cara visible de las estancias, Roberto Gómez. En efecto: Alicia Carbone y Norberto Gómez fueron sus socios directos cuando crearon Garaje Neptuno SA.

De 17 en 17 para llegar a un 82 garantizado y responsable


por Exequiel Cunibertti

En la ultima semana la presidenta de la Nación Argentina, anunció un nuevo incremento en los salarios de los jubilados del 17,33%, lo que de acuerdo a la ley de movilidad jubilatoria, importara casi un 35% de incremento en lo que deparara el año 2011. Esta medida, es en conjunción, una política de estado muy importante, para sectores que habían sido vilipendiados durante más de una década.

La administración publica que lleva adelante el gobierno nacional, si hablamos en datos duros, ha otorgado desde el año 2003, un incremento medido en unidad monetaria de $1077,78. En términos porcentuales, el crecimiento es de 719%, algo así como 7,2 veces más que en 2003.

Ahora, veamos algún número más interesante todavía, derrumbemos el mito de que la inflación le reventó el bolsillo a los jubilados. En 2003, el precio del kilo de pan se encontraba en un mínimo de $1,50, es decir que con el nivel salarial que los jubilados obtenían, podían comprar 100 kilos de pan. En 2011, el kilo de pan se encuentra en promedio en $6,50 (el mínimo es de $ 5,00 que es el que se constata en muchas panaderías y en la canasta básica, pero para que nadie nos corra con este tema, vayamos al promedio, cosa injusta al análisis). A partir de marzo de 2011, los jubilados con sus ingresos podrán adquirir 188,89 kilos de pan, por ende, hoy un jubilado tiene la posibilidad de consumir 88,89 kilos de pan más que en 2001, casi un 90% de incremento en los niveles de consumo.

Vamos a otro dato, bastante cipayo por cierto, pero tiene su fundamento en anteponer una respuesta a lo que realizan muchos economistas ortodoxos, utilizar el dólar para medir los incrementos reales y comparar el modelo económico menemista con el actual. (Ndr: en Argentina, se cobra en pesos y se consume en pesos, pero esto es una actividad común en el campo de la ortodoxia). Si analizamos el precio del dólar en febrero de 2003 con un tipo de cambio establecido en $3,17 igual a US$ 1, permite conocer que los jubilados percibían US$ 47,32 de masa salarial. Si nos tomamos el ejercicio de hacer números rápido, podemos determinar que en febrero de 2011, las jubilaciones, representan $ 4,01 a US$ 1, un monto en dólares de US$ 303.91. A partir de esto, podemos determinar un incremento de sus salarios en dólares de un 542,25 % en 7 años.

Ahora bien, en octubre de 2010, se aprobó en ambas cámaras una ley que implica que el estado nacional garantice el 82% móvil para los jubilados, que la presidente Cristina Fernández atinadamente vetó. Pero ¿Acaso esto está mal? ¿No se corresponde a la justicia social, que expresamos desde el peronismo? ¿No se corresponde con la movilidad hacia arriba que se expresa desde el “progresismo”? La respuesta, de cualquier vertiente del campo nacional y popular, es que el estado nacional debe garantizar el 82%, es una bandera que tenemos que levantar..

Pero aquí está el eje de la cuestión, ¿Se puede pagar? La respuesta es no, en el corto plazo. Pensemos lo siguiente, entre los aportes patronales y los aportes personales, se aportan al sistema previsional argentino 27% del salario. Si hacemos otra cuentita rápida, podemos saber cuantos trabajadores en actividad deben financiar a los trabajadores pasivos, dado que el sistema previsional es un sistema solidario, donde los trabajadores en actividad, con sus aportes financian a los trabajadores mayores que han podido jubilarse. En la actualidad existen 1,6 trabajadores aportantes para cada jubilado. Por lo tanto, hasta que no se reduzca el nivel de empleo informal, es inviable, sancionar una ley que no puede ser efectivizada económicamente, otra cuestión, que se debe contemplar siempre es la recaudación fiscal de la nación, dado que a mayor recaudación fiscal, mayor disposición de recursos para aplicar políticas publicas a los sectores más desprotegidos.

Por lo tanto, las declaraciones de Julio Cobos, (quien nuevamente tuvo lugar privilegiado en el desempate en el senado y nuevamente voto en contra del oficialismo al que representa) de “…si hay voluntad política, aparece la plata…”, demuestran que este análisis se alejaba de la realidad económica y del sistema previsional, y marcaba la fuerte vinculación de esta legislación con una declamación política, que buscaba que el gobierno nacional pagara el costo de un veto cantado, por una cuestión meramente matemática. Fue tal, el déficit de rigor técnico utilizado para refrendar esta ley, que omitían el principio de igualdad ante la ley, que implicaba una diferencia de $28.000 millones, entre lo que se aprobaba en el congreso y la realidad practica de esta legislación.

En el momento de la sanción de dicha ley, el monto jublilatorio, representaba el 62,5% del mínimo vital y móvil, a partir de marzo de 2011, el mismo representará un 66,75%, de esta manera, en tan solo 4 meses se redujo casi un 5% esa brecha.

Como ultimo análisis, tendremos en cuenta la ley de movilidad jubilatoria, que indica dos incrementos anuales, y que en la practica los mismos fueron en los mismo niveles porcentuales, por lo que se podría cerrar este año, con un importe jubilatorio de $1440, que alcanzarían un 78,3% del salario mínimo vital y móvil.

De esta manera, el gobierno nacional demuestra, que no es la voluntad política la que otorgara la justicia social con los jubilados, sino que será la gestión y la administración responsable del estado. Y que cada contribuyente en la Argentina, cada empleador que regulariza la condición de sus empleados, encontrara en el estado nacional un aliado estratégico, para garantizar el ingreso ciudadano, el consumo interno y el nivel de actividad productivo para reducir la desigualdad social.

Por lo tanto, consideramos que la voluntad política debe estar orientada a otorgar beneficios reales y no simplemente expresiones de deseo, dado que, la voluntad política, puede mejorar enormemente la situación de las personas, como lo ha hecho desde 2003, pero por el momento plata, no fabrica.