Solicitada anónima de los trabajadores de Clarín: No en nuestro nombre

Yo no trabajo en Clarín, ni trabajaría allí hasta que no deje de ser como es, una empresa que restringe la libertad de prensa al mismo tiempo que se vende como "periodismo independiente".
Desde hace unos meses, algunos trabajadores de Clarín están empezando a filtrar las disidencias internas de la redacción del diario haciendo usos de redes sociales y cadenas de mails. Así como queda caduco el miedo que tenía la clase política a Clarín, de a poco está volviendo la disidencia interna, de los trabajadores que no quieren firmar notas que defiendan una expropiadora o la adquisición criminal de acciones de la planta pastera que impide la libre competencia de nuevas y necesarias propuestas en el periodismo gráfico. Como dice en Twitter un periodista de TN que debe ocultar su identidad, "acá los únicos independientes son los hinchas del Rojo".
Esta es la carta anónima que enviaron los periodistas de Clarín a una enorme listas de colegas. Uno de ellos me la reenvió. No tengo constancia directa de que efectivamente sea una carta escrita por periodistas del diario, pero bien podría serlo por el tono y el contenido. Me resultó una escritura sincera y realista: no me cuesta imaginar que yo también sentiría estas mismas cosas si trabajara en una empresa plagada de ilícitos.


No en nuestro nombre

Hoy, en el Día del Periodista, un grupo de periodistas que trabajamos en Clarín necesitamos expresar nuestro punto de vista ante varios hechos muy preocupantes, que creemos están deteriorando la credibilidad del medio y las condiciones necesarias para desarrollar nuestro trabajo con calidad y equilibrio.

En primer lugar, rechazamos el sesgo evidente que está mostrando la construcción noticiosa del diario Clarín y otras empresas del grupo. Desde un tiempo a esta parte (particularmente desde la caída del contrato entre Torneos y Competencias y la AFA , y la sanción de la nueva Ley de Medios Audiovisuales), no se está informando desde sus páginas con suficiente balance y profesionalidad, sino que se está realizando una deformación polítizada de la agenda pública, con el fin evidente de construir una alternativa de gobierno opuesta a la actual administración nacional. (Y decimos esto más allá de las pertenencias e ideas políticas de quienes firmamos esta carta, que son amplias, diversas y hasta opuestas entre sí, pero mucho más ricas que la fórmula binaria K o no K, receta simplista que predomina en los medios del grupo). De esta manera, Clarín está perdiendo credibilidad, aceptación popular e influencia en la sociedad argentina. "Las opiniones son libres, los hechos son sagrados" dice el primer principio de nuestro oficio. Sin embargo, los hechos a medias y las opiniones difrazadas de información son lo que predominan cada vez más en las páginas de Clarín. No es tal la función que se espera de una empresa periodística seria en una sociedad democrática y plural. Y no es ese, tampoco, el legado de Roberto Noble y los buenos periodistas que han pasado por el grupo o que siguen perteneciendo a él.

En segundo lugar, rechazamos ser involucrados en maniobras de desinformación tendientes a construir una justicia paralela para el caso de las adopciones de Marcela y Felipe Noble Herrera y la determinación de sus familias de origen. No queremos que el capital simbólico construido por los medios del grupo Clarin, que desde la recuperación democrática han ayudado fuertemente a reconstruir una convivencia plural y con respeto por los derechos humanos, se ponga al servicio de una obstrucción de la justicia o de la no aplicación de la ley, en especial en un tema que apunta al corazón del accionar represivo de la dictadura militar. Por esta razón, proponemos que en toda noticia sobre este tema, publicada en los medios del grupo o donde el grupo tenga incidencia directa, sea aclarado el vínculo directo de la accionista mayoritaria del grupo como imputada en el mismo, y que sean reflejadas con suficiente equilibrio, espacio y despliegue las restantes miradas sobre el caso. Además, pedimos que se respete la libertad de abstención para los periodistas y otros trabajadores que no quieran firmar, redactar, fotografiar, diagramar, ilustrar o participar de algún modo en la construcción sesgada de tales noticias, sin por eso sufrir consecuencias de discriminación, hostigamiento o despido.

En tercer lugar, rechazamos que el 27/3/2010 se haya firmado como "De la Redacción de Clarín" el artículo que contesta la nota de Héctor Timerman y defiende las operaciones detrás de la adjudicación de Papel Prensa en 1977. No estamos de acuerdo con la intención de sumarnos a nosotros, los trabajadores, detrás de decisiones empresariales tan dudosas, con una firma que, por otra parte, es incompatible con un vínculo laboral normal. Y expresamos, ante esto, lo que dice el título de esta carta: no en nuestro nombre.

En cuarto término, pero no por ello menos importante, creemos que es imprescindible una inmediata normalización de la actividad gremial interna en las empresas del grupo, hasta ahora impedida permanentemente con despidos, represión y silenciamiento. También entendemos que es primordial eliminar la precariedad de numerosos vínculos laborales irregulares, y blanquear a los trabajadores en esa condición según las leyes laborales vigentes.

Lamentamos, finalmente, haber tenido que apelar al anonimato para expresarnos con este mensaje, pero esto se debe justamente a la política interna de recursos humanos (que se sufre tanto en Clarín como en Artear Canal 13, Radio Mitre, TyC y las restantes unidades corporativas), que ejerce una constante persecusión a toda acción sindical y de organización, e inhibe por consiguiente cualquier expresión de disenso, en flagrante contraste con la amplia cobertura que se les brinda a distintos conflictos y negociaciones gremiales desde los medios del Grupo.

En el futuro volveremos a contactar a los compañeros de Clarín por esta misma vía (esperamos que, si las condiciones lo permiten, usando nuestra verdadera identidad), pero siempre apelando a argumentos racionales y de modo constructivo, sin injurias ni ataques personales, pues creemos que sólo de este modo podremos recuperar la credibilidad, las buenas prácticas profesionales, y los valores democráticos de Clarín.

Feliz Día del Periodista para todos, en el Bicentenario de la Patria.


Buenos Aires, 7 de junio de 2010