Propiedades y negocios con el sello de Cavalieri

Fuente: Perfil.com

El impactante patrimonio del lider gremial

Una estancia de 5.000 hectáreas en Roque Pérez y un club de campo en Lobos valuados en casi 100 millones de pesos. Una cerealera, un tambo, garajes y empresas de repuestos automotores. Esto es parte del imperio que el sindicalista tiene a nombre de su hijo y sus socios.

Siempre se sospechó que Armando Oriente Cavalieri no sólo se dedicaba a su eterno papel de presidente del Sindicato de Empleados de Comercio. Muchas veces surgieron versiones que le atribuyeron propiedades y negocios, pero él siempre se preocupó por desmentirlas. Siempre se exhibió cerca del poder, pero al mismo tiempo siempre evitó revelar hasta dónde llegaban los beneficios de estar en esa posición.

Sin embargo, después de muchos años de conjeturas, PERFIL pudo comprobar y reconstruir el inmenso imperio que han logrado edificar durante los últimos años Cavalieri y su socio y amigo Roberto Francisco Gómez, asesor del gremio mercantil. Una estancia de 5.000 hectáreas valuada en 80 millones de pesos, un club de campo de 92 hectáreas cotizado en 19 millones de pesos, una productora cerealera, un tambo, una empresa de emprendimientos sociales y deportivos, inmobiliarias, garajes y empresas de repuestos automotor forman parte de este gigantesco conglomerado esparcido entre la Capital Federal y las localidades bonaerenses de Lobos y de Roque Pérez.

En total hay nueve firmas que son administradas desde la misma sede porteña, ubicada en la calle Francisco Beiró 4385, en donde hay varias oficinas distribuidas en dos pisos. Allí trabaja Sebastián Cavalieri, hijo menor del líder sindical, y quien figura en los papeles como el socio de los Gómez, tanto de Alicia Carbone, esposa de Roberto, como de su hijo Norberto. Todo este complejo entramado se pudo descifrar a partir de que en febrero pasado Sebastián blanqueó su participación en una de las empresas del conglomerado, Estgar SA, y registró como su domicilio legal las oficinas de Beiró.

“No voy a hablar del tema, no tengo nada que ver con lo que hace mi hijo”, se despegó con su estrategia habitual Cavalieri padre cuando PERFIL intentó consultarlo por sus negocios inmobiliarios y agropecuarios, después de una conferencia que brindó esta semana junto con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.

Imponente. “¡Ah! La estancia de Cavalieri”, dice sin sorprenderse un dirigente de la Sociedad Rural de Roque Pérez, cuando PERFIL pregunta por La Federala. Son 5 mil hectáreas con silos imponentes que se ven desde la ruta 205, un edificio de cuatro pisos con ascensores, cabina de vigilancia, casco y un chalet sólo para los que la cuidan.

En esta gigantesca estructura funcionan una acopiadora de cereales y un tambo, que en los últimos años se han transformado en una extensión de los negocios inmobiliarios de la sociedad Cavalieri-Gómez.

Según el informe de impacto ambiental presentado por La Federala, al que tuvo acceso este diario en exclusiva, allí trabajan 60 empleados, y se producen 5 mil litros de leche diarios, más de 3 mil kilos de soja, 3 mil kilos de trigo y 6 mil kilos de maíz por cosecha, por hectárea. La estancia tiene sofisticada tecnología, como los cañones auto-propulsores de riego. Este equipamiento garantiza que, aunque haya sequía, no falte agua.

Los vecinos del lugar afirman que Cavalieri va una vez por mes. “Cada vez que viene, Gómez lo lleva a hablar con los empleados”, explica a PERFIL un propietario de Roque Pérez.

Stand by. El club de campo es un proyecto que quedó a mitad de camino. Los tres chalets que tiene en su interior fueron recomprados a sus propietarios originales, que pretendían vivir en el barrio privado, y ahora sólo es ofrecido a los turistas para alquilar. El restaurante estaba concesionado hasta hace tres meses, pero ya no funciona. El salón de fiestas es casi lo único que les da más rédito. Está alquilado todo el año para eventos. En la recepción del lugar hay un plano que delata un proyecto también frustrado: un hotel spa & resort “La Federala” que todavía no fue construido. Una porción fue vendida a la comuna local, según lo confirmó a PERFIL el intendente de Lobos, Gustavo Sobrero, con el objetivo de hacer una planta de reciclado de residuos.

Serán millones. Roberto Gómez fue el año pasado a proponerles a dos martilleros de Lobos que pusieran a la venta en sus inmobiliarias los 318 lotes de su barrio privado.

Los dos martilleros fueron consultados por PERFIL. Fernando Blanco explicó a este diario que el valor de cada lote por su ubicación y por su fin comercial inmobiliario fue tasado en 63 mil pesos cada uno. “Vale muchísimo por el lugar (está frente al aeródromo y a una cancha de golf de 18 hoyos) y porque está parcelado. A nosotros nos vino a ver Gómez, el propietario, y quedamos en que los lotes saldrían unos 63 mil pesos. Luego, Gómez desistió”, detalló Blanco.

El martillero Oscar Burbridge agregó más datos: “El valor de la hectárea para siembra es de entre 19 mil y 23 mil pesos, y para cría de ganado es de entre 10 mil y 13 mil pesos. En el caso de la estancia La Federala tienen explotación mixta, con lo cual habría que entrar al lugar para hacer una tasación”, precisó.

Si se considera que cada hectárea vale unos 16 mil pesos, y que en la estancia hay 5 mil hectáreas, su valor ascendería como mínimo a 80 millones de pesos. En tanto que el precio de los 318 lotes que componen el club de campo oscila los 19 millones de pesos.

Las oficinas. En las oficinas de Beiró se administran todas las propiedades y negocios que el tándem Cavalieri-Gómez tienen en Roque Pérez y Lobos. Allí también funciona una concesionaria de autos, un amplio garaje para automóviles y una empresa de repuestos para vehículos. En la fachada hay una chapa que anuncia: “Roberto Francisco Gómez, Dr. en Ciencias Económicas”.

PERFIL llamó al único número que figura en la guía telefónica con esa dirección. “Sebastián Cavalieri no se encuentra, pero déjeme un teléfono y yo le paso el mensaje”, contestó una secretaria.

—¿Con cuál empresa de Sebastián Cavalieri estoy hablando?

—No, disculpe, yo no le puedo dar tanta información...

—¿“Tanta información”? Le estoy preguntando con qué empresa estoy hablando.

—Sí, le pido disculpas, pero tuvimos algunos problemas y yo tengo que cuidar mi trabajo.

La mujer tenía razón: la información sobre cuántas empresas funcionan ahí adentro es muchísima. Y conviene guardarla en secreto. Es que aparecen nada menos que nueve compañías en ese pequeño lugar. El caso más claro es Estancia La Federala SA, que tiene su domicilio fiscal en el primer piso del edificio. Es el mismo que declaró Sebastián Cavalieri como “domicilio especial” hace pocos meses. Fue en febrero de este año, cuando asumió como vicepresidente de Estgar SA, una sociedad de “servicios inmobiliarios” que también fijó su dirección allí.

Otro vínculo se puede encontrar en el Club de Campo La Federala, que tuvo su sede –como otras dos empresas rurales– en el piso de arriba. Y Cavalieri junior también declaró un domicilio especial en ese segundo piso. Lo hizo en el mes de marzo, cuando creó una compañía llamada Garaje Neptuno SA y la inscribió en el mismo lugar.

¿Puede ser una mera casualidad? La cadena de conexiones no se agota con la coincidencia de domicilios. Sebastián Cavalieri tiene una sociedad comercial con la esposa y el hijo de la cara visible de las estancias, Roberto Gómez. En efecto: Alicia Carbone y Norberto Gómez fueron sus socios directos cuando crearon Garaje Neptuno SA.