“El presupuesto del CONICET creció casi un 600% en los últimos años”


La titular del CONICET destacó el crecimiento registrado desde 2004 tanto en materia presupuestaria como en recursos humanos. También remarcó la importancia de la transferencia del conocimiento a la sociedad, y subrayó que la gente debe conocer que “lo que hace el CONICET le puede ser útil en su vida diaria”. Marta Rovira es Doctora en Ciencias Físicas e Investigadora Principal del principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en la Argentina, que preside desde abril de 2008, cuando se convirtió en la primera presidenta mujer en los más de 50 años de historia. Durante nueve años fue directora del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE-UBA-CONICET).
Afirma que uno de los ejes más importantes de su gestión fue “implementar un sistema a través del cual el 20% de los ingresantes a la carrera de investigador lo hicieron por prioridad de vacancia geográfica o por temática de investigación”.

–¿Cuál es el objetivo central de su gestión al frente del CONICET?
–Uno de los objetivos centrales es fomentar la transferencia a la sociedad de los desarrollos que se formulan en CONICET, sin que eso signifique relegar la propia función del CONICET; hay que seguir haciendo ciencia básica para después tener la posibilidad de transferir el conocimiento a toda la sociedad, transformándolo en desarrollo tecnológico. Estamos tratando de reforzar esos aspectos, con el objetivo también de que la sociedad se dé cuenta de que lo que se hace en el CONICET le puede ser útil en su vida diaria.
–¿Cuáles con los principales obstáculos para esa transferencia?
–El problema es que la mayoría de los investigadores no saben, ni tampoco tienen por qué saber, hablar con las empresas. Desde el CONICET estamos trabajando en fortalecer y capacitar a la persona que tiene que saber hablar con el investigador y con la empresa. En este sentido, junto a otras instituciones de ciencia y técnica, como el INTA o el INTI, hemos constituido un consejo asesor que sirva de nexo entre las necesidades de la sociedad y los investigadores.
–Ahora, respecto del Estado, ¿qué relevancia tiene el conocimiento científico generado por el CONICET en la gestión de los asuntos públicos?
–Es muy importante que el CONICET aporte a las instituciones del Estado un relevamiento o un estado de la situación de determinados temas; su función es brindar información para que las autoridades que tienen que tomar decisiones, puedan tomarlas con el respaldo del conocimiento científico. El conocimiento como herramienta de gestión pública puede resultar de suma utilidad como respaldo de las decisiones políticas.
–También afianzaron la comunicación durante estos últimos años.
–Consideramos que la comunicación institucional y la relación con la prensa son dos cuestiones muy importantes, que pueden ayudar a que el CONICET esté más presente en la sociedad. Hoy mucha gente dice: “El CONICET tiene prestigio, pero no sabemos qué hace ni para qué sirve.” Entonces, desde el año pasado, estamos trabajando mucho en ese aspecto, y creo que algo fue cambiando.
–Dentro de la institución, ¿qué cambios ha implementado durante su gestión?
–Uno de los más importantes fue la modificación en el sistema de ingreso a la carrera de investigador. Tradicionalmente, al CONICET, los investigadores entraban por orden de mérito, lo que generaba un desbalance en la distribución geográfica y disciplinaria de la producción científica. Para contrarrestar esta tendencia, el año pasado, implementamos un sistema a través del cual el 20% de los ingresantes a la carrera de investigador lo hicieron por prioridad de vacancia geográfica o por temática de investigación. Así, un 80% entró como siempre, por orden de mérito, lo cual tampoco es malo porque no pueden dejar de entrar los mejores, en tanto que otro 20% se eligió por el lugar o por el tema.
–¿Cómo evalúa la situación de la ciencia en la Argentina?
–Desde 2004, el CONICET comenzó a incorporar más gente y aumentar su capacidad económica. En los últimos años, el presupuesto aumentó casi un 600%, y eso es hoy visible: el número de becarios se cuadruplicó en los últimos diez años y la cantidad de investigadores registró un aumento significativo. Anualmente, se están incorporando alrededor de 500 investigadores y más de mil becarios, y hoy ya somos alrededor de 6300 investigadores y 8100 becarios. También están volviendo muchos científicos del exterior a través del programa Raíces, que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.