Palabras de la Presidenta de la Nación Cristina Fernández durante el acto de inauguración de obras en la ciudad de Miramar, provincia de Buenos Aires.
Gracias, muchas gracias; muy buenas tardes a todos y a todas; señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente de Miramar; queridos amigos y amigas; compañeras y compañeros: gracias por el cantito del cumple y a todos los argentinos que el 19 de febrero se acordaron de mí muchas gracias de corazón. No les voy a decir que lo pasé feliz, pero bueno la pasé, que eso es lo importante, lo pasé. (APLAUSOS).
La verdad que como Presidenta me siento muy orgullosa de estar hoy aquí, en Miramar, inaugurando junto a todos ustedes obras muy importantes, como esa Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales, que me decía el Intendente le va a permitir a esta maravillosa ciudad de Miramar ser el primer municipio costero que tenga Certificación de Calidad ISO en cuanto a la calidad de sus playas; cuidado del medioambiente en serio y a fondo con gran inversión y con gran compromiso.
Hace pocos días también estuvimos en la ciudad hermana de Mar del Plata, con el emisor submarino que también permitirá en el corto plazo que también la ciudad de Mar del Plata cuente con esto que hoy ya es una realidad aquí en Miramar. Felicitaciones Miramar, felicitaciones Intendente. (APLAUSOS). Ver además también la inauguración de esa terminal de ómnibus, recién charlábamos con Daniel, en voz baja, cuando mirábamos esa maravilla que han construido que es la primera impresión que el turista que llega a la ciudad - vía terrestre - en un ómnibus se lleva y tiene la impresión de haber llegado a una moderna ciudad balnearia, que va a permitir seguir incrementando el turismo, uno de las claves también en el crecimiento de nuestro país.
Junto a medio ambiente, junto al turismo que es la actividad económica por excelencia también generadora de servicio, de mano de obra en los lugares como Miramar, junto a eso también inauguramos el Instituto Superior de Formación Técnica No.194, que debe ser un orgullo para todos los argentinos por la calidad de su infraestructura, pero también por la calidad de sus tecnicaturas en Alimentación. (APLAUSOS). Ahí están chicos como ustedes, como Diego, que recién le agarró pánico escénico y no sabía cómo seguir. Pero lo que es importante cuando uno mira estas cosas, cuando observa la densidad del entramado, la profundidad del proyecto político - iniciado en el 2003 - y que se verifica en situaciones y en obras como las que hoy vemos. Pero también en lo que hoy estamos haciendo aquí, que es clausurar las Jornadas de "Pintamos 1.000 escuelas, florezcan mil flores, Néstor Kirchner", donde más de 1.100 colegios fueron pintados. (APLAUSOS).
La verdad que cuando los escucho cantar me acuerdo de dos cosas: de cuando yo era muy joven, que pasó hace mucho tiempo; 58 años. Pero me hace acordar de otro momento más cercano, más entrañable que fue el último acto que él fue de Juventud, al Luna Park, que lo recuerdo con mucho afecto, con mucho cariño, porque la verdad no queríamos que fuera porque - como ustedes saben - había sido, a los dos días, de su segunda intervención, pero él no hubo forma... yo creo que sí que está acá. (APLAUSOS). En aquella oportunidad le habíamos insistido que no fuera porque le iba a hacer mal tanta emoción, hoy estábamos, antes de venirme para acá estaba con Máximo, en El Calafate, y él me decía que tienen una filmación de ese día, donde una cámara lo enfocaba permanentemente y se veía claramente lo emocionado que estaba. Nosotros le habíamos pedido que no fuera, que no le iba a hacer bien, pero bueno a él cuando se le ponía algo en la cabeza era imposible desviarlo en lo objetivo. Por eso la Argentina pudo hacer las cosas que hizo tan bien en estos años. (APLAUSOS).
Y la verdad que no sabía vivir de otra forma de la que vivió y fue una vida a fondo, una vida de compromiso, como la que siempre hemos tenido. Y cuando ustedes cantan y cuando ustedes creen que una persona puede ser la que garantice un proyecto yo les digo que después de estos ocho años, de este proyecto político que ha crecido, y que hoy anida en el corazón de millones y millones de jóvenes, yo les digo que en realidad son los jóvenes de este país la garantía de que este proyecto político debe profundizarse y seguir avanzando porque hay algo que está directamente vinculado a los jóvenes y que es el espíritu de cambio, de transformación, de superación y de progreso. (APLAUSOS). Y no solamente aquí, en la Argentina, no solamente aquí en el cono sur. Uno lo puede ver en el mundo, donde realmente los jóvenes impulsan y son la vanguardia de los grandes procesos de transformación y cambio. Y está bien que así sea porque así es la historia de la humanidad y esto no significa que la edad sea la que marque la participación política.
Leía el otro día que un joven - refiriéndose a Nèstor - decía que él era mucho más joven que muchos jóvenes. Y también es cierto, porque en definitiva el compromiso con las ideas, el compromiso con las convicciones, el compromiso con el país no debe tener edad, debe ser - por el contrario - algo que recorra todas las clases sociales, que recorra todos los géneros, que recorra todas las edades porque en definitiva en estos años de crecimiento, en estos casi ocho años que ni el mal optimista se imaginaba que podían suceder, una Argentina que había sido devastada y destruida, la hemos podido hacer con el esfuerzo de todos, o por lo menos de casi todos, que eso es lo importante. (APLAUSOS).
Y yo creo que la misión de cada uno de nosotros, de los que estamos convencidos de este modelo político, económico, social y cultural es el de convencer, el de persuadir a cada uno de los que todavía no ha visto que es necesario seguir en esta dirección para seguir creciendo, para seguir produciendo más inclusión social, para que cada vez hayan más institutos de formación técnica superior, para que cada vez hayan mayores obras de infraestructura que permitan mejorar la actividad económica, generar más empleos, generar más calidad de vida. Debemos ser cada uno de nosotros un predicador para convencer.
Por eso, cuando más de 25 mil jóvenes se volcaron a pintar escuelas, sin pedir nada a cambio, simplemente para ayudar a que el ciclo lectivo pueda empezarse en mejores lugares es también dar un ejemplo a todos los sectores que todos deben de poner algo de lo que reclaman para todos juntos poder seguir avanzando. (APLAUSOS).
Yo les pregunto, desde aquí, a todos los argentinos, yo les pregunto con mucha honestidad y con mucha sinceridad a todos y cada uno de los sectores de la vida nacional cómo estábamos allá en el 2003 y cómo estamos hoy, a todos, no hay sector al que no haya alcanzado parte de este proyecto, desde los productores, pasando por los comerciantes, pasando por los industriales, por los trabajadores que han logrado conseguir un trabajo, mejorar su salario o formar parte de un convenio colectivo.
Es cierto que todavía nos falta, pero a todos los sectores que han conseguido cosas, yo les pido que pensemos en lo que todavía nos falta para que otros argentinos tengan las mismas cosas que ellos han logrado en estos años.
Por eso los convoco a deponer diferencias inútiles; por eso los convoco a abandonar rencores que no tienen razón de ser; por eso los convoco a imitar la solidaridad de estos jóvenes para que todos juntos podamos seguir construyendo esta Argentina que tanto nos ha costado. Nos ha costado demasiadas cosas, no solamente en términos materiales, después de todo las cosas materiales pueden recuperarse; nos ha tocado perder vidas, nos ha tocado también que muchas generaciones, que no han visto trabajar a sus padres, hoy nos cueste el doble llegar a ellos a través del Estado y lo estamos haciendo con mucho esfuerzo, por eso la Asignación Universal por Hijo, para que ningún chico de la Argentina...
Pero también debemos saber que hemos podido hacer estas cosas, estos logros, la Asignación Universal por Hijo, la mejora para nuestros jubilados, la incorporación de millones de hombres y mujeres que estaban afuera porque no habían podido hacer sus aportes, porque estaban en negro, porque los habían echado, porque habían quedado sin trabajo a una edad que era imposible conseguir nuevamente un trabajo y todo esto debe saberse que lo hemos podido hacer porque hemos recuperado instrumentos fundamentales para que el Estado pueda delinear políticas macroeconómicas.
Esto no fue magia, esto no fue buena voluntad, esto no fueron buenas intensiones, estos no fueron discursos; fueron decisiones fuertes que tuvimos que tomar muchas veces con todo lo que podía denominarse el stablishment de alguna manera mediático o económico en contra.
No, no, nosotros tenemos que ser más inteligentes, más democráticos y más civilizados que ellos. No, al contrario, tenemos que redoblar el esfuerzo y por qué se los digo: porque cada una de las medidas que se han adoptado desde el año 2003 a la fecha, fueron todas discutidas, fueron en su gran mayoría no apoyadas pero con el tiempo podemos decir que teníamos razón, desde las reservas, desde el pago al Fondo Monetario, desde el sostener el mercado interno, desde mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, desde la protección de la industria y del trabajo nacional.
Por eso creo que nuestra principal fortaleza, está en las razones, en los argumentos y en los resultados que cada una de las medidas que hemos adoptado ha tenido. De eso se trata la política o por los menos, de eso debería tratarse, no de injuriar ni de agraviar ni de descalificar, sino la de proponer y la de comprobar que la propuesta que se hizo fue viable y dio buenos resultados. De eso se trata o se debería tratar hacer política en la República Argentina.
Digo esto porque, tal vez, uno de los logros más importantes haya sido, precisamente, el de volver a insertar en la política a miles y miles de jóvenes como no se veía desde décadas y décadas. Y eso lo que exige por parte de quienes tenemos las mayores responsabilidades institucionales, es, precisamente, que esa incorporación, que esa militancia política juvenil no sea traicionada. Y cuando digo esto, estoy diciendo que debemos tratar, todos los dirigentes políticos, de predicar con el ejemplo, de abrir nuestro corazón, de convencer y seguir convenciendo que es, a partir de las políticas de Estado, de la inclusión, de la mano tendida, de los valores de la solidaridad, de la justicia y de la inclusión social, en que vamos a seguir creciendo. Se lo merecen ustedes y se lo merecen otros miles y miles que hoy ya no están más.
Por eso y para finalizar, quiero decirles a ustedes, a los miles y miles que pintaron escuelas y a los millones y millones de argentinos, que esta Presidenta de todos los argentinos, descarnada y tal vez en momentos que nunca pensó que le iban a tocar atravesar, quiero decirles que siempre van a tener mi compromiso inquebrantable de seguir luchando por una patria que merece el compromiso, el sacrificio y el esfuerzo de todos los argentinos.
Porque tenemos que terminar con la Argentina de las frustraciones, con la Argentina de los desencuentros, con la Argentina de los enfrentamientos, no ha servido; tenemos que, como decían recién ustedes en el cántico, construir. No hay nada más hermoso que la construcción, la construcción política, la construcción de escuelas, la construcción de fábricas, la construcción de obras, la construcción. Que de la destrucción se ocupen otros, yo no he nacido para destruir, he nacido para construir y quiero que todos ustedes, sobre todo los jóvenes, se incorporen a la política con esa consigna.
Nosotros no tuvimos la suerte de poder hacerlo cuando éramos jóvenes bajo esa consigna porque no vivíamos en democracia.
Por eso, quiero que ustedes se incorporen con esa consigna, la de la construcción en todos los frentes, con todos los ciudadanos, en todas partes, en los colegios, en las universidades, en las fábricas, en las plazas, en todos lados: construir una Argentina para todos, con igualdad de oportunidades para todos. Esa debe ser la consigna.
Gracias Miramar, gracias por esta tarde y gracias por ser como son.