Un bicentenario para recuperar la alegría

Este bicentenario patrio hemos observado sobre la avenida 9 de julio una inmensa cantidad de argentinos y argentinas compartiendo entusiasmados una fiesta de todos y para todos.

Siguiendo ritmos y canciones latinoamericanas, el pueblo festejo con alegría este cumpleaños de la patria, demostrando que más allá de aquellos sectores que con la complicidad de la concentración mediática, quieren imponer una realidad virtual que desconoce los aciertos de las políticas públicas actuales, haciendo eje sólo en los errores personales de algún ex funcionario público o en presuntas denuncias sobre hechos de corrupción nunca probadas ni siquiera judicializada, otra realidad existe.

Es posible que moleste un modelo económico que tiene al empleo como un objetivo fundamental, para colmo en una búsqueda permanente por el empleo de calidad, reduciendo el empleo en negro. Un modelo que lleva a la recuperación del movimiento obrero, base histórica fundamental del peronismo.

Es posible que moleste volver después de más de tres décadas a los salarios más altos de América Latina, o a índices de redistribución de la riqueza, que si bien todavía no alcanzan lo deseable para un país socialmente justo, marcan el camino a seguir, sobre todo cuando no observamos ese rumbo desde el año 74.

Es posible que moleste un Estado que dice presente, que interviene, no para entregar fraudulenta y extorsivamente papel prensa en manos de Clarín y La Nación, sino para invertir en créditos subsidiados a la industria o en incorporar más de dos millones de personas al sistema previsional.

Es posible que moleste la no aceptación de las condiciones que en forma permanente pretende imponer el Fondo Monetario Internacional, sobre todo porque esas condiciones no afectan a los rentistas sino a los trabajadores y desocupados, logrando un “disciplinamiento social”.

Es posible que moleste que los presidentes latinoamericanos por unanimidad hayan elegido al ex presidente Néstor Kirchner para presidir la UNASUR. Latinoamérica unida no es el ideal de aquellos sectores que desde Rivadavia, Mitre y Sarmiento, miraron para otro lado, aunque eso implicara subordinación a otros intereses y una dependencia constante.

Es posible que moleste que la Presidenta de la Nación reciba en este bicentenario a los pueblos originarios, sobre todo porque eso implica reconocimiento y decisión política para un beneficio conjunto de ese sector, no una beneficencia individual que sólo pretende un impacto mediático para medir mayor audiencia.

Sin duda debemos mostrar cada vez más nuestra decisión de ser felices, de no dejarnos engañar por aquellos que sólo se alegran cuando llenan sus bolsillos, cuando especulan perjudicando a la mayoría.

No hay objetividad posible en los tiempos que se avecinan, debemos ser capaces de debatir con fuerza nuestras ideas, de no tener miedo a contradecir la virtualidad mediática. El camino a seguir sin duda debe exigir profundizar el rumbo en aquellas políticas que beneficien a todos, que distribuyan riqueza, que garanticen una igualdad de condiciones para todos y todas.


¡Con esperanza para lograr una Argentina Justa, Libre y Soberana!